
La irregularidad patente no invita al optimismo, aunque tampoco es sinónimo de pesimismo. Continuamente, se pasa de la euforia a la decepción, de la decepción a la euforia. No hay término medio. No hay una dinámica positiva constante. Pero tampoco existe un descalabro, una disposición irreversible.
Ocho finales restan, ocho razones para creer en la salvación, en certificar una permanencia que suponga el prólogo de una historia con tintes esperanzadores, ilusionantes, gloriosos.
Quedan 24 puntos y estáis a uno de la salvación. La semana que viene juegan Hércules, Zaragoza y Málaga en casa; si ganan meten en un lío a 8 equipos. Además, Getafe y Real Sociedad vienen en caída libre. Yo veo al Málaga salvándose y, si dejan trabajar a Pelegrini, mucho mas arriba en la tabla el año que viene.
ResponderEliminarUn saludo optimista de Portillo28
Llegué a este blog por casualidad.
ResponderEliminarLe deseo suerte a tu equipo. El fútbol peruano está tan mal que cualquier hincha de por acá entendería tu decepción/euforia... donde casi siempre gana la decepción.
Saludos desde Lima.