
El regreso del técnico ha suscitado diversidad de opiniones entre los aficionados malaguistas. Mientras que unos están de acuerdo con su retorno exponiendo los éxitos obtenido por el asturiano, primero al conseguir la permanencia en una temporada convulsa en su primer año y en el curso siguiente lograr el ascenso a la máxima categoría del fútbol español, otros discrepamos su llegada al no estar conforme con la manera de abandonar el Málaga en su primer ciclo (estuvo negociando con otro club en un momento trascendental para el futuro del conjunto blanquiazul) y con el estilo de juego que implanta a sus equipos.
Aunque muchos aficionados tendremos presente la expresión “segundas partes nunca fueron buenas”, normalmente utilizada en el ámbito cinematográfico, la campaña realizada por el ex entrenador Antonio Tapia nos hace ser más cauto y precavido a la hora de criticar cualquier incorporación ya que, hace un año, nadie daba un duro por el de Baena y era considerado uno de los firmes candidatos de entre todos los técnicos de los clubes de primera para no completar un curso entero en su cargo. Es por esto que hay que darle un voto de confianza y empezar a juzgarle, para bien o para mal, conforme pasen los partidos.
Sin más, solo queda desearle suerte a Muñiz en su nueva andadura en el banquillo del Málaga y esperar que consiga igualar o superar lo obtenido en la pasada temporada.

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